Colega comparte su experiencia en Médicos sin Fronteras

María Florencia Francisconi es oriunda de San Nicolás y en 2014 obtuvo su título de Licenciada en Obstetricia en la Universidad Católica de La Plata. Completó su residencia (2015-2018) en el Hospital Materno Infantil “Argentina Diego” de la ciudad de Azul. Se diplomó en Atención Primaria de la Salud y Salud Pública, y actualmente es midwife activity manager (gestora de actividades del centro obstétrico) en Médicos sin Fronteras.

Haciendo un repaso por sus comienzos, comentó: “Cuando tuve en claro que quería trabajar en el ámbito de la salud, hice primero Instrumentación Quirúrgica en Rosario. Y haciendo las prácticas profesionales, conocí a una partera en Santa Fe que me comentó cómo es el trabajo, y me encantó; así que rendí mi última materia en diciembre y me vine para La Plata directo. Viendo las opciones que tenía y averiguando, decidí anotarme en la UCALP.

Mi experiencia como alumna fue maravillosa. Los docentes fueron todos maestros, me dieron una formación superintegral. No estamos hablando solamente de un plan de estudios, sino de cómo ser; cómo uno, antes de ser partera, antes de ser instrumentadora, es una persona que está tratando con otras personas que se encuentran en una situación muy particular, muchas veces muy vulnerables, de sus vidas. Eso me pareció bárbaro porque uno no es un número ahí adentro, sino que nos conocemos, y seguimos teniendo nuestras relaciones hasta ahora; nos llevamos muy bien. Siempre fueron grupos chicos —creo que yo terminé cursando con 10 o 12 colegas más—, y la relación fluye mucho más rápidamente así. Para mí fue una experiencia muy buena. Además, lógicamente, me dio las herramientas que se necesitan, como rendir un examen de residencia, presentarme a un trabajo, hacer el trabajo que hoy por hoy hago. Por eso también hablo de algo integral.

Al finalizar la carrera, hice mi residencia en Azul, en el Hospital Materno Infantil durante tres años, y ya antes de terminar, tenía decidido que quería probar con Médicos sin Fronteras. Sabía que el proceso de selección iba a llevar un tiempo, entonces, los últimos meses de residencia, empecé con el proceso de selección y me fui en mi primera misión. Hay una preparación que ellos te mandan, y yo por ser argentina, dependo de la Unidad de Barcelona, así que hice la preparación en mayo o junio y, en agosto, salí para Etiopía”.

Médicos sin Fronteras, experiencia humana y profesional en Etiopía

“Son muchos desafíos. La primera inquietud de todo el mundo es: ¿qué hacías? y ¿cómo vivías?, y la verdad es que todo eso, en definitiva, termina siendo un poco anecdótico, pese a que uno va acumulando cosas y está un poco más irritable. A nivel de trabajo es superenriquecedor y es un desafío muy muy grande. Era mi primera experiencia, hice lo que pude, traté de hacer lo mejor que pude y hasta, probablemente, ellos me enseñaron más a mí de lo que yo les haya enseñado a ellos, pero tuve un muy buen grupo de trabajo. Era duro porque estuve seis meses, y en un momento, la posición de ginecólogo se cerró, así que estaba a cargo de la maternidad con todo lo que implica y con todas las complicaciones, dado que es una población muy vulnerable.

Además asistíamos aparte a cinco campos de refugiados porque estábamos en el borde de la frontera con Somalía y con Kenia. Me imaginé que me iba a encontrar un hospital superdesbordado de gente y tal vez con menos complicaciones, y la verdad es que me encontré con que los partos normales los asistían las parteras empíricas en su casa y todo lo que nosotros teníamos, que eran 25 camas, eran todas complicaciones. Es una realidad un poco diferente a la que tenemos acá. Me sorprendió bastante. En términos de calidad de vida, yo no esperaba un hotel tres estrellas ni comodidades, aunque sí que fuera un poco duro. Hace muchísimo calor, parece algo menor, pero en el mes cinco no andaba el generador y no prendía el ventilador. Sin embargo, en cuanto al trabajo, es mucho más desafiante de lo que suponía”.

Próximos objetivos

“Voy a ir a hacer unos cursos y una capacitación a Dinamarca, y ya después saldría para la segunda misión, que es en Yemen. Es un proyecto nuevo, materno infantil, así que todo el viaje estuve mirando videos sobre lo que pasa en Yemen y leyendo, porque supongo que va a ser aún más desafiante. Si bien nosotros en Etiopía recibíamos muchos refugiados y siempre hay epidemias, esta es una población que hace cuatro años que está en guerra, por lo tanto creo que debe estar mucho más devastada que la población con la que trabajé”.

La importancia de la capacitación

“La posición que nosotros tenemos —los que vamos de expatriados— se llama activity manager, que es para la gestión del centro obstétrico en mi caso. El primer curso al que me mandaron era de soporte avanzado en obstetricia, y me vino bárbaro, porque, por ejemplo, las parteras no tenían una formación teórica tan fuerte pero sí en la práctica y te hacían una aspiración manual endouterina, te hacían un vacuum y te hacían un montón de cosas que, para nosotros acá, las legislación no nos lo permite.

Entonces para mí, la capacitación, ni bien me la ofrecieron, desde ya dije que sí, porque entendía que todavía había un montón de cosas que tenía que aprender y más aún si yo iba a estar a cargo de esas parteras. Además tuve la suerte de que, mientras estuve en el período de mi misión, recibí a la ginecóloga que era la advisor nuestra del proyecto en África y también me dio un montón de lineamientos de cómo trabajar.

La capacitación es continua y fundamental: ellos revisan los protocolos permanentemente todos los años, así que nosotros nos tenemos que ir aggiornando con eso, por ejemplo, cuando sale un nuevo protocolo o cuando modifican alguno con los que trabajamos. Es como pasa con la medicina, que siempre se va actualizando y cambiando”.

Consejos para los que recién comienzan la carrera de Obstetricia

“Es una carrera que me abrió tantas puertas… Tuve la posibilidad de ganar becas internacionales, y la verdad es que estoy supercontenta. Hacer lo que a uno le gusta no tiene precio. ¿Qué les diría? Que sean curiosos; que nunca se cansen de decir por qué y por qué y de buscar el porqué del porqué; que es una carrera que tiene muchas ramas, porque no a todos nos gusta lo asistencial o no a todos nos gusta la lactancia materna. Lo importante es que busquen, porque la verdad es que es una carrera que da para mucho”.

Fuente de la nota: UCALP

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