A través de los cuidados de calidad, de la equidad y el liderazgo, las parteras pueden poner fin a la fístula Obstétrica

23 DE MAYO | DÍA INTERNACIONAL PARA LA ERRADICACIÓN DE LA FÍSTULA OBSTÉTRICA

La fístula obstétrica es una de las lesiones más graves y trágicas que pueden ocurrir durante el parto. Las mujeres con esta lesión suelen sufrir incontinencia, muchas de ellas viven con este problema durante años e incluso décadas.
Se estima que dos millones de mujeres en África Subsahariana, Asia, la región árabe, América Latina y el Caribe viven con esta lesión, y que cada año se producen entre 50.000 y 100.000 casos más en todo el mundo. La mayoría de los casos afectan a mujeres de bajos recursos que viven en culturas donde la situación socioeconómica es preocupante.
La fístula obstétrica causa el 6 % de las muertes maternas a nivel mundial, pero no tiene que hacerlo. Podemos poner fin a la fístula si se garantiza el acceso a las parteras para prestar atención a las mujeres embarazadas y reducir los embarazos de alto riesgo cambiando las actitudes culturales que fomentan la mutilación genital femenina y el embarazo precoz.

La Declaración oficial de la Confederación Internacional de Matronas (ICM) expresa que la fístula obstétrica se puede combatir a nivel comunitario, nacional, regional y mundial, pero sólo con la plena participación de las parteras que:

  • Brindan atención especializada en partería, particularmente atención prenatal, perinatal y postnatal
  • Proporcionan educación sanitaria, explicando los factores de riesgo para la fístula obstétrica.
  • Promueven el uso de los servicios de salud y maternidad por parte de las mujeres, sus familias y las comunidades
  • Proporcionan servicios de salud reproductiva ampliados, como la planificación familiar.

A través de la calidad, la equidad y el liderazgo, las parteras pueden marcar la diferencia para poner fin a la fístula.

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