14 al 20 de noviembre: Semana del prematuro
El Parto Pretérmino es un problema a nivel mundial que representa al 10% del total de nacimientos en todo el mundo. En el año 2000 Argentina se comprometió ante las Naciones Unidas a cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que priorizan el descenso de la Mortalidad Materna e Infantil. En ese camino, las obstétricas acompañan todos los procesos para cumplir, desde su lugar, con la meta.
“Un niño es prematuro o pretérmino cuando nace antes de haberse completado la semana 37 de gestación, cuando normalmente el embarazo dura unas 40 semanas” expresa la licenciada en obstetricia, presidente del Distrito VI del Colegio de Obstétricas de la provincia de Buenos Aires, Miriam Giménez. Dentro de la categoría “prematuro”, la obstétrica explica que existe una clasificación que varía de acuerdo a las semanas de transcurrido el embarazo y que implican distintos grados de complejidad.
En este sentido, cabe señalar que las causas recurrentes que conlleva a un parto prematuro son “embarazo múltiple, hipertensión arterial (HTA), diabetes, infecciones, edad materna extrema, y/o adicciones”, según lo plantea la Organización Mundial de la Salud en su artículo “Nacimientos prematuros”. A estas cuestiones de salud se le suman otras razones, como ser la situación socio- económica, las ambientales, las habitacionales, de servicios, entre otras, y por este motivo muchos partos prematuros carecen de etiología. “Sin duda, el Control Prenatal para la detección de Factores de Riesgo y la búsqueda de tratamiento oportuno de las patologías es de mucha importancia a la hora de disminuir la incidencia, y en ese momento nuestro rol, como obstétricas, es activo” señala la licenciada.
“Como obstétricas trabajamos en el primer nivel de prevención, es decir, en la consulta preconcepcional y en el control prenatal, donde se toman las medidas tendientes a disminuir o controlar los factores de riesgo en la población sin antecedente de partos prematuros y que se relaciona con acciones tempranas de diagnóstico y prevención de enfermedades recurrentes en pacientes con antecedentes, o que presentan otros factores de riesgo” puntea la Lic. Obst. Giménez. Y también explica que hay un segundo nivel de atención en donde se realiza la internación en el hospital para tratamiento y asistencia del parto y al recién nacido, y un tercer nivel de alta complejidad, donde la profesión no tiene un rol activo, ya que es incumbencia de otros profesionales, y se refiere a las acciones destinadas a reducir la morbilidad y la mortalidad después de que se haya desencadenado una amenaza o un trabajo de parto prematuro.
La Licenciada comenta que, de acuerdo al informe de la ODM del año 2015, la mortalidad infantil ha disminuido 9 por mil, pero aún continúa siendo elevada; y agrega que “las políticas de salud, en Argentina, han establecido prioridades y metas acorde al compromiso ante Naciones Unidas, pero el descenso tan esperado aún no se alcanza”.
Más del 75% de estas defunciones son evitables con medidas de bajo costo y sencilla utilización, como, por ejemplo:
- Con asistencia oportuna en servicios de salud con complejidad acorde al tipo de prematurez, tanto para la atención del parto como para la neonatal.
- Con uso de corticoides prenatales para la población en riego (para la inducción a la maduración pulmonar)
- Con técnicas como la de mamá canguro, que consiste en colocar al Recién Nacido piel con piel junto al tórax de su madre, recibiendo el calor directo materno y teniendo al alcance la teta para alimentarse de leche materna a demanda, entre otros.
Desde el Colegio de Obstétricas de la provincia de Buenos Aires, reconocen que el parto prematuro continúa siendo un serio problema de Salud Pública y un compromiso por el que sumamos esfuerzo, y que se debería garantizar que en todas las instituciones donde se asisten partos cumplan con las Condiciones Obstétricas y Neonatales Esenciales (CONE), a favor de la asistencia básica que la madre y el recién nacido necesitan.