La lactancia materna no solo fortalece el vínculo entre la persona que amamanta y su bebé: también brinda beneficios comprobados para la salud de ambas partes. Entre ellos, se destaca su efecto protector frente al cáncer de mama.
Diversos estudios indican que amamantar reduce el riesgo de desarrollar cáncer de mama, especialmente cuando la lactancia se prolonga durante varios meses. Esto se debe a que disminuye la exposición a ciertas hormonas vinculadas con el desarrollo de algunos tipos de cáncer y favorece la renovación celular del tejido mamario.
Sin embargo, cuando una persona atraviesa un diagnóstico de cáncer de mama, pueden surgir dudas y temores en torno a la lactancia. En esos casos, es importante saber que durante los tratamientos activos, como la quimioterapia o la radioterapia, la lactancia no está recomendada, ya que algunos medicamentos pueden pasar a la leche materna.
Tras finalizar el tratamiento, la posibilidad de retomar la lactancia dependerá de cada situación: del tipo de cirugía, de los tratamientos recibidos y de la recuperación del tejido mamario. Por eso, cada caso requiere una evaluación personalizada y acompañamiento profesional.
Las y los obstétricas/os cumplen un rol fundamental en este proceso: pueden brindar información confiable, acompañar emocionalmente, orientar sobre las alternativas seguras y trabajar en conjunto con el equipo de salud para cuidar tanto a la persona que amamanta como a su bebé.
En el Colegio de Obstétricas de la Provincia de Buenos Aires (COPBA) promovemos la importancia de la lactancia como una práctica de salud integral, y acompañamos a las y los profesionales que día a día sostienen este trabajo desde la atención, la contención y la educación.
Porque la información también es prevención.
Consultá siempre con profesionales de la obstetricia para recibir orientación y acompañamiento en cada etapa.



