Todos los años se lleva adelante la Semana de la Prevención del Embarazo No Planificado en la Adolescencia para concientizar sobre la importancia de la educación sexual. En este sentido, los y las adolescentes tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos, a gozar de la propia sexualidad sin presiones ni violencia, a acceder a consejerías en salud sexual y reproductiva, a la provisión de métodos anticonceptivos y a una detección temprana y un abordaje integral del abuso sexual y el embarazo forzado.
Debemos tener en cuenta que el embarazo en las y los adolescentes afecta negativamente la salud, la permanencia en la escuela, los ingresos presentes y futuros y el acceso a oportunidades recreativas, sociales y laborales.
La tasa de embarazo en la adolescencia es muy alta en el país. Hoy nacen más de 70 mil bebés por año cuyas madres son adolescentes y siete de cada diez de esos embarazos son no intencionales.
Según el Registro Informático Perinatal del Ministerio de Salud de la Nación (SIP) que releva al 80% de las maternidades públicas del país, en adolescentes de 15 a 19 años son 6 de cada 10 los y las que no tuvieron la intención, mientras que en la franja de edad de 10 a 14 años el número aumenta, siendo 8 de cada 10 los embarazos no intencionales. Por otro lado, hay 238 niños y niñas que nacen de adolescentes entre 15 y 19 años por día, es decir casi 10 por cada hora del día.
Entre las adolescentes menores de 15 años, la mayoría de los embarazos son producto de abuso sexual, por lo tanto, no planificados ni deseados. El SIP también indica que tres de cada diez adolescentes es madre por segunda o tercera vez antes de los 20 años.
En la Semana de la Prevención del Embarazo No Planificado en la Adolescencia, la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), junto a diez organizaciones no gubernamentales, y con el apoyo del Ministerio de Salud de La Nación lanzaron la segunda edición de la ampaña #PuedoDecidir.
Su objetivo es acercar a adolescentes y jóvenes información de manera clara, accesible y de calidad desde un lenguaje cotidiano para que puedan tomar sus propias decisiones sobre su sexualidad, que tengan relaciones consentidas y sepan que pueden negarse a continuar una relación sexual si no quieren seguir.