Entre el 18 y el 24 de mayo se celebra en todo el mundo la semana del parto respetado. Tiempo, paciencia, respeto y dedicación son las claves para humanizar la experiencia de la vida.
Desde el año 2003, durante el mes de mayo, la AFAR (Alianza francoparlante por el parto respetado) estableció una semana para concientizar sobre los derechos que protegen a las madres y sus hijos al momento del nacimiento. Este año el lema será “Apoyo continuo y amoroso para mí y para mi bebe: el nacimiento es una cuestión de salud pública».
En nuestro país, el ministerio de Salud de la Nación adhiere a la iniciativa, manifestando así su compromiso con el modelo de maternidades centradas en la familia y la divulgación de los derechos de las mujeres durante el parto.
También desde la normativa se acompaña este concepto a través de la Ley N° 25.929 de Parto Humanizado sancionada en 2004. Allí quedan claramente establecidos los derechos de la mujer en relación con el embarazo, el trabajo de parto, el parto y el postparto, dentro de los que se destacan:
- el derecho a ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante esos procesos de manera que pueda optar libremente cuando existieren diferentes alternativas;
- a ser tratada con respeto, y de modo individual y personalizado que le garantice la intimidad durante todo el proceso asistencial y tenga en consideración sus pautas culturales;
- al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer, entre otros.
Ahora bien, ¿nuestros hospitales públicos brindan las condiciones para realizar este tipo de trabajo?, ¿nuestra cultura está preparada para estar al servicio de las necesidades de la mujer y considerarla protagonista al momento del parto?
La Lic. Alicia Cillo, Presidente del Colegio de Obstétricas de la provincia de Buenos Aires afirma que “el parto respetado exige la necesidad de cuestionar y replantear el papel que cumplimos los integrantes del equipo de salud en la vivencia de la maternidad y particularmente en la atención del nacimiento, así como del significado que esta experiencia representa para la madre, el niño y el grupo familiar, buscando evitar el intervencionismo, tratando cada caso en su individualidad y donde primen las necesidades y deseos de los padres y del recién nacido, antes que las rutinas y prácticas hospitalarias”.
Por un lado, una infraestructura al servicio de los actos meramente médicos, no es el mejor escenario para permitir la intimidad necesaria al momento de dar a luz: habitaciones compartidas, ambientes ruidosos y en algunas ocasiones escaso personal dificultan el acompañamiento a la embarazada. Por otra parte, existe una cuestión cultural también muy difícil de sortear: es necesario un cambio de paradigma que permita ver al parto como una experiencia física y emocional que debe ser vivido en armonía y equilibrio y no como un mero acto médico.
A pesar de eso, existen casos en Hospitales Públicos de la provincia de Buenos Aires que vale la pena ser destacados. Por ejemplo, la Lic. Nilda Caligaris, es Obstétrica del Hospital Dr. José Penna de Bahía Blanca, donde anualmente se realizan cerca de 3000 partos y donde sólo trabajan 7 obstétricas. Si bien la infraestructura resulta un escollo a la hora de brindar la dedicación necesaria al momento del parto, no es el único inconveniente. La multiplicidad de tareas asignadas también va en desmedro de una atención más cercana. Es por eso que la Lic. Caligaris presentó un proyecto para la incorporación de 7 colegas más, para realizar más partos humanizados. “La formación de las obstétricas es excelente en cuanto a lo médico, pero le falta la parte de la partera ‘vieja’, debemos insistir en la importancia del aspecto humano para poder asistir a una paciente sin invadirla”, asegura Caligaris con más de 20 años de experiencia profesional.
Ana Giménez también es Obstétrica y se desempeña en un hospital público donde anualmente se contabilizan entre 1800 y 2500 partos y trabajan con 14 obstétricas. Allí además de sus tareas de atención en consultorio y preparación para el parto, se ocupan de la posibilidad de realizar parto “vertical” a las madres que así lo deseen. Propiciar partos humanizados es en realidad realizar la atención primaria de la salud y eso tiene una receta: “Mucha creatividad con bajo costo y con mucho cuerpo a cuerpo”, sintetiza.
Otra experiencia reciente de parto vertical la encontramos en el Hospital Héroes de Malvinas de Merlo, donde se atienden carca de 3600 partos al año. Allí tanto el trabajo de parto como el nacimiento en sí mismo, fueron realizados íntegramente en un banco de parto. “Compré el banquito en marzo y en abril hicimos el primer parto”, señala la obstétrica Hilda Oscari. Se trata de la primera experiencia en este hospital y dada las ventajas observadas – mayor dinamismo en el proceso, tiempo entre contracciones mejor utilizado y por sobre todas las cosas, la mujer como “dueña” de la situación – se decidió dejar esta alternativa dentro de la sala para aquellas mujeres que deseen utilizarlo.
Esta experiencia también se practica en otros Hospitales Públicos de la provincia, pero con un menor caudal de atención.
Distinto es el caso de Nélida Pérez, que ha trabajado con partos en el medio acuático en una clínica privada de la ciudad de La Plata. “El medio acuático es un gran analgésico, acorta los períodos de dilatación, y permite la continuidad del medio líquido del niño”, destaca como beneficios de esta técnica, que actualmente sólo es posible realizar en el ámbito domiciliario.
En definitiva, podemos ver que la posibilidad de realizar partos humanizados, respetados y respetuosos de las necesidades de las mujeres, es también una alternativa en los hospitales públicos de nuestra provincia. Trabajar en la difusión de los derechos de las mujeres es el primer paso para alcanzar el gran desafío del cambio de paradigma, donde las mujeres puedan ser protagonistas de la historia de dar vida.
10 PRINCIPIOS DE LA OMS RESPECTO AL PARTO
- Ser no medicalizado
- Ser basado en el uso de tecnología apropiada
- Ser basado en las evidencias
- Ser regionalizado (sistema de referencia)
- Ser multidisciplinario (obstétricas, obstetras, neonatólogos, enfermeras, educadores, etc.)
- Ser integral (necesidades intelectuales, emocionales, sociales y culturales de las mujeres, sus niños y familias)
- Centrado en las familias
- Ser apropiado, teniendo en cuenta las diferentes pautas culturales.
- Tener en cuenta la toma de decisión de las mujeres.
- Respetar la privacidad, la dignidad y la confidencialidad de las mujeres