Virus de Inmunodeficiencia Humana y Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida

Desde el Colegio de Obstétricas de la Provincia de Buenos Aires compartimos el informe, la postura y las recomendaciones de la Confederación Internacional de Matronas (ICM) sobre VIH y SIDA.

El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) provoca una enfermedad incurable que se puede controlar con fármacos antirretrovirales. Las terapias alternativas, los cambios de estilo de vida y la mejora de las condiciones de vida contribuyen a mejorar los resultados del tratamiento. Si no se trata, el VIH progresa hasta provocar el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) en un plazo de 5 a 15 años. El continuo cumplimiento terapéutico del régimen de antirretrovirales puede ralentizar la progresión del VIH hasta casi detener su avance, con lo que aumenta significativamente la esperanza de vida. Las personas que viven con el VIH pueden permanecer en buen estado y productivas durante muchos años, incluso en países con bajo nivel de ingresos. En algunos países, ser portador del VIH se considera un síndrome crónico.

Aún así, el SIDA sigue siendo una de las principales causas de mortalidad y morbilidad en el mundo. El VIH se puede transmitir a través de las relaciones sexuales (vaginales, anales u orales) no seguras con una persona infectada; mediante una transfusión de sangre contaminada; y al compartir agujas, jeringas y otros instrumentos afilados. También puede transmitirse de la madre al bebé durante el embarazo, el parto y la lactancia materna.

En este sentido, la ICM afirma que todas las mujeres tienen derecho a recibir plena información sobre cómo evitar la infección por el VIH y el SIDA, a conocer si son portadoras del VIH, y a saber cómo prevenir la transmisión del VIH de madres a hijos.

La ICM insiste en que todas las mujeres portadoras del VIH embarazadas tienen derecho a tener a su alcance fármacos antirretrovirales para ellas y para sus recién nacidos.

La ICM insta a las matronas, en su capacidad como profesionales y miembros de la comunidad, a desempeñar la función de educadoras y profesionales de la salud para evitar la propagación del VIH y ofrecer atención y tratamiento a medida que esté disponible.

La ICM cree también que las matronas deben disponer de equipos de protección individual (EPI) —guantes de látex, etc. — a precios asequibles.

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