Despedimos a nuestra querida colega

El Consejo Superior del Colegio de Obstétricas de Provincia de Buenos Aires participa con profundo pesar del fallecimiento de la Licenciada en Obstetricia SUSANA BEATRIZ LOFEUDO.

Susana se recibió de Lic. en Obstetricia el 23 de julio de 1965 en la Universidad Nacional de La Plata y ejerció su profesión durante 58 años.

Se desempeñó como docente en esa misma casa de estudios y en la Universidad Católica de La Plata (UCALP).

Formó parte del Consejo Directivo del Colegio de Obstétricas de la Provincia de Buenos Aires durante diferentes períodos.

Ejerció actividades asistenciales en el Hospital Dr. Alejandro Korn, en especial en la atención de adolescentes y prevención de embarazos no deseados.

Además, realizó trabajo comunitario brindando charlas y orientación sobre salud sexual y reproductiva tanto en espacios formales como no formales.

Desde el COPBA expresamos nuestras condolencias y afecto a su familia, seres queridos y amigos en este difícil momento.

Su recuerdo permanecerá en nuestros corazones ¡HASTA SIEMPRE!

Carta del Distrito I La Plata

Hoy, no sólo se fue una colega

Hoy, se fue, una excelente persona

Hoy, se fue una amiga

Hoy, se fue un pedazo del corazón de las personas que tuvimos la suerte de conocerla, algunas más, otras menos.

Pero sabemos también que, tamaña persona, no podía estar en este mundo terrenal sin ser quien era. Las partidas son tristes, pero a veces son necesarias.

Una persona creyente que amaba a su familia, que amaba a sus nietos, que amaba a su profesión con tanta pasión, que quien la escuchaba, que quienes la veían, sentían tal vez que no podían alcanzar ese estado de plenitud y de sabiduría como ella demostraba.

Siempre va a estar entre nosotros, porque ha dejado un pedacito de su vida en cada uno.

Acompañamos a su familia.

Acompañamos a todos los seres que fueron parte de la vida de Susana.

Un abrazo del alma, un abrazo profundo amiga, querida hermana de la vida, colega y docente de alma.

¡¡¡Te vamos a extrañar!!!

Pero nos vamos a acordar todos los días de cuánto nos reíamos y de cómo nos reíamos cuando cambiabas los nombres.

Cuando contabas tus historias en aquellas reuniones que eran tan lindas, siempre felices.

Gracias Susana.

Gracias eternas.

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